5 Followers
30 Following
guajars

Dan Guajars

Santiago, 1977. Periodista de profesión, lector y autor de fantasía y ciencia ficción desde los 12 años, trabaja en marketing online y hace clases de Internet para periodistas. Felizmente casado con Lucía Gabriela y es el orgulloso padre de Amanda Luna.

Currently reading

The Best of the Best: 20 Years of the Year's Best Science Fiction
Bruce Sterling, William Gibson, Stephen Baxter, Lucius Shepard, Ian R. MacLeod, Greg Bear, Connie Willis, John Crowley, Brian Stableford, Ted Chiang, William Sanders, Steven Utley, Molly Gloss, Tony Daniel, Robert Reed, David Marusek, Maureen F. McHugh, Greg Egan, Paul J.
Heart-Shaped Box
Joe Hill
Redshirts
John Scalzi
The Hunger Games - Suzanne  Collins Tenía curiosidad acerca de este libro. Desde que se anunció que sería película las redes ñoñas que suelo leer hacían referencia a la trilogía de novelas y así me picó el bichito. A esta altura, me dije, Hollywood debió aprender algo de los errores cometidos con otras series de novelas de las que se hizo solamente la primera película, así que me convencí que valía la pena leerlo, aunque fuera solo a modo de ejercicio.

Pues lo devoré, incapaz de dejarlo de lado apenas comencé a leer. ¿Acaso no debería ser así con todos los libros de fantasía y aventura que se pretende convertir en súper ventas? Pues lo logró. Eso no significa que sea un gran libro, ni que la historia se quede anclada como una pieza de conocimiento necesario. Al contrario, la historia, la narración y todo lo que contiene la novela (al menos la primera) existe para producir un efecto emocional y, por añadidura, una sensación de dependencia con la protagonista.

En el futuro, Norteamérica está dividido en (se supone) trece distritos, más una capital abusiva y esclavizadora conocida como El Capitolio. Los trece distritos nutren al Capitolio con su trabajo forzado y en ellos la gente muere de hambre, literalmente, mientras en el Capitolio se vive en abundancia y opulencia. Uno de esos distritos, conocido como el 13, se rebeló en el pasado y como consecuencia fue destruido.

Para celebrar esta victoria, el Capitolio instauró los Juegos del Hambre, una competencia en la que dos tributos de cada distrito (en total 24 jóvenes en plena adolescencia) deben luchar a muerte hasta que quede solo uno con vida. El objetivo es recordar a los distritos que el Capitolio manda (esa tropa de parásitos) y que todos deben pagar por lo que hizo el 13.

Y así comienza la historia, con Katniss preparándose para el día del sorteo en que se elegirá a los dos tributos para los juegos de este año. Está claro que a ella le toca jugar, pero no diré mucho más de la historia. Si quieren saber un poco más, vean el trailer de la película.

Es un relato en primera persona en el que el conocimiento y la ignorancia de Katniss, sus suposiciones e interpretaciones, su punto de vista al fin y al cabo, son lo que da fuerza al relato. La situación que rodea a los juegos es patológica e injusta, y Katniss debe usar toda su astucia para sobrevivir, aunque eso signifique mentirle a las cámaras.

Porque así como oyes, los Juegos del Hambre son televisados y la población de los doce distritos está obligada a ver cómo sus niños se matan entre sí.

La técnica del relato es inteligente, se nota que fue muy estudiada y trabajada. Junto con la presentación del protagonista, que siempre habla en primera persona, se muestra un poco del contexto de este mundo, sus habitantes, la ética y las razones que rigen sus decisiones; siempre mostrando un poco de cada cosa, nada de discursos largos ni introducciones o anexos ni conversaciones del tipo “como bien ya sabes, los Juegos del Hambre son blablablá” que usan los autores principiantes para ahorrarse el trabajo de personajes. Ni siquiera hay un mapa del territorio, gracias a Deus. Y a medida que el relato avanza, los contrastes entre los tres ambientes de la novela (el distrito 12, el Capitolio y el estadio de los Juegos) muestran la verdadera magnitud de este mundo patético.

Es un libro que atrapa, pero no lo volvería a leer por nada del mundo, de hecho no leeré las secuelas. Porque aún siendo un libro muy bien trabajado, es tan cruel y sanguinario que a ratos quería dejarlo de lado. Hay una escena [SPOILER], cuando matan a un personaje particularmente vulnerable y querible, que me cagó la onda y se me humedecieron los ojos. El objetivo de la autora está claro al introducir a ese personaje y es obvio que al final debería sobrevivir la protagonista, no ese personaje. Esa muerte desata una serie de eventos y decisiones de la protagonista. Etc…[/SPOILER] Pero me costó seguir leyendo, o mejor dicho me costó dejar el libro de lado. O las dos cosas.

De hecho veo al personaje que apenas aparece en el trailer, lo veo en la foto del casting, y me da un dolorcito de esos cuando echas de menos a alguien y sabes que no lo volverás a ver. Es una respuesta totalmente irracional de mi parte, weón, es solo un libro. Pero igual. Y por eso le prendo velitas a la autora.

Antes que vayan corriendo a comprar los libros, vean la película. En serio, si les gusta, pues los libros serán un tremendo deleite.
The Yiddish Policemen's Union - Michael Chabon Publicada en 2007 y ganadora de varios premios, entre ellos el Hugo, Nébula, Locus, Campbell y otros. Es una ucronía negra, donde la 2ª Guerra Mundial terminó muy distinto (la bomba atómica cayó sobre Berlín) y los judíos de Europa, la mayoría de ellos, acabaron en Sitka, Alaska, donde crearon su propio mundo y han vivido con ciudadanía prestada desde entonces.

Me costó entrar a la historia, no por su contexto sino por el lenguaje del narrador, el detective Meyer Landsman, que se la pasó toda la novela haciendo analogías y recitando metáforas que me resultaron demasiado exóticas. No es problema de la traducción y quiero pensar que tampoco es problema mío, porque leí todo el libro y no tuve dificultades con el lenguaje; Al contrario. El problema es la decisión del autor, que usa ese lenguaje de Humprey Bogart judío que cuenta chistes mientras se mete una pistola cargada en la boca. Es extraño, más apropiado para una película de género negro de bajo presupuesto y un guión que se filma tal como salió en el primer borrador.

No se confundan, la historia es tremenda, buena, absorbente, aunque a ratos confunde. Tiene ese problema constante de otros autores primitivos, que en este caso parece inevitable dada la marea de datos que tienen que desplegarse en la historia: la narración se detiene, pone pausa a la historia y aprovechar la oportunidad para contar muchas cosas acerca de otros temas relacionados. Luego vuele a apretar play y efectivamente nada ocurrió durante la digresión del narrador-protagonista.

Un judío aparece muerto en una habitación del hotel de malas pulgas donde vive Landsman. Él es el primero en llegar a la escena del crimen y se encuentra con un asesinato premeditado, un tablero de ajedrez y evidencias de que este judío probablemente es un Sombrero Negro. Con estas pistas, Landsman y su compañero Berko, que es mitad judío / mitad indio Tlingit, recorren la ciudad que huele a mojado y se siente fría incluso en verano, recogiendo pieas por aquí y por allá en el rompecabezas.

El objetivo del autor está claro para mí, dividido en dos metas: resolver el crimen (y de paso sacar algunos esqueletos del armario), y mostrarnos esta versión ucrónica del mundo judío en el que Israel no existe. En ambos casos lo logra, aunque la sensación de absorber información comprimida a presión es algo estresante.

No es Ciencia Ficción, tampoco es fantasía. Es una novela negra ambientada en un mundo de ucronía. Hay que leerlo con calma y puede que el humor procaz de los personajes (100% hollywoodense de los años 50) no sea muy agradable. La solución del crimen y la vida de Landsman en este mundo tenebroso de los judíos piadosos, son lo mejor del libro. Lo demás es un añadido necesario, aunque ya me olvidé de qué va.
Elantris - Brandon Sanderson Leí esta novela con mucho entusiasmo, pero llegando al primer cuarto del libro me aburrió. No pude seguir. Los personajes dando discursos acerca del mundo en el que habitan y sus costumbres, como si sus interlocutores no supieran de qué se habla... En el universo de los diálogos y la construcción de mundos, esto es desastroso.

Me entusiasmó luego de ver varias presentaciones donde Sanderson explica, entre otras cosas, qué trucos baratos y fuleros NO hay que usar cuando se escribe una novela, y resulta que esta novela en particular está repleto de esos vicios.

Está bien, la escribió cuando todavía le quedaban espinillas y probablemente le fue mil veces mejor que a mí, que todavía no publico nada en solitario. Igual nomás, me decepcionó.

Próxima novela que lea de Sanderson, tendrá que ser una autoconclusiva de 2010 en adelante.
A Fire Upon the Deep - Vernor Vinge Aprovecho de hacer esta reseña ahora porque acabo de releer por décima vez este libro, así es, y porque dentro de poco será el lanzamiento de la secuela; aunque sinceramente no estoy tan entusiasmado por la secuela, la compraré en Amazon cuando aparezca en paperback, pero no antes.

Encontré este libro, A Fire Upon the Deep, en una librería entre la 5a avenida y la 49, en Manhattan. Andaba por el barrio y justo pillé una librería enorme, que de buena casualidad tenía muchas estanterías repletas con títulos fantásticos. Y la verdad es que tenía ese título en mente, junto con otros, porque lo llevaba en una lista en manuscrita guardada en mi billetera, diez libros de ciencia ficción que ganaron el Premio Hugo en la década anterior y que yo no había leído.

No encontré los diez, pero al menos encontré éste, del que no tenía ninguna referencia, ni del autor ni de la obra. Sólo sabía que ganó el Hugo. ¿Arriesgado? Pues nones, para nada. Los ganadores del Hugo, al menos hasta el año 2000, gozan de mi total y absoluta confianza. Después aparecieron los niños magos y el premio perdió parte importante de su peso, pero al menos los libros que ganan siguen demostrando un alto grado de calidad en todo aspecto.

Ya, al grano. Un Fuego Sobre el Abismo trata de una familia que escapa de un planeta donde despertaron a una entidad que llevaba millones de años dormida, un veneno mortal almacenado en un archivo del más allá.

Antes de seguir, debo hacer una aclaración. En esta novela de Vinge, así como en muchas otras de sus obras, la galaxia nuestra tiene unas zonas bastante claras y demarcadas, entre las cuales algunas cosas son posibles y otras simplemente no se pueden hacer. Mientras más cerca del núcleo de la galaxia estés, más estúpidas son las máquinas, y la velocidad hiperlumínica es imposible. Al contrario, a medida que se alejan del núcleo, las posibilidades tecnológicas son mayores y el viaje más rápido que la luz también. Las inteligencias artificiales se vuelven Poderes, civilizaciones completas evolucionan hasta transformarse en dioses. Si fuera fantasía, podría decirse que mientras más cerca de Ámbar, más difícil se hace caminar por la sombra.

Entonces, este Poder dormido despierta, engaña a los humanos y, en pocas palabras, se los come. Pero le falta algo, sabe que entre todos sus archivos hay uno que era importante. Y entonces descubre que una pequeña nave humana sí escapó.

Todo eso ocurre en las primeras tres páginas del libro. No te puedo explicar mi fascinación cuando lo leí la primera vez, la capacidad de Vinge para mostrarme lo que es posible casi en el borde de la galaxia, lo que un Poder es capaz de lograr, los peligros de jugar con documentos cuánticos en una zona donde los dioses son reales, nanotecnológicos a nivel subatómico, y donde cohabitan miles de razas interconectadas por una red de datos que abarca distancias que no me puedo ni imaginar, donde sistemas solares completos existen solamente como nodos de comunicación. La magnificencia de esas imágenes, esos detalles que para los personajes de la historia son tan simples… es como estar dentro de la Basílica de San Pedro y darse cuenta que sin creer en nada, ahí dentro uno se siente piñufla y no hay nada que se pueda hacer al respecto.

Los humanos sobrevivientes viajan en una nave de emergencia, que no es más que un cohete bien equipado, portando a un centenar de niños congelados en sus ataúdes de criosueño. Y llegan a un mundo que es idéntico a la Tierra, a una zona que podría ses Alaska, ponte tú, donde habita una raza de perros inteligentes. Pero ándate cabrito, estos perros son inteligentes solo cuando se juntan cuatro o cinco, coordinando sus pensamientos a través de un complejo mecanismo de sonidos.

Si la idea de un dios ultra cuántico y nanotecnológico es abrumadora, imagina una raza en estado medieval, compuesta por perros que andan en grupos y cada grupo es un individuo.

Hasta aquí no conté nada que te mate la lectura del libro. No hay suficientes párrafos para describir la historia completa. Ni siquiera es un spoiler, porque todo esto, la entidad venenosa en el más allá y los humanos escapando al mundo de los Púas (así se llaman los perritos), todo esto ocurre en las primeras quince páginas, en un libro de más de trescientas.

El trabajo de personajes es notable. La construcción de mundos es abrumadora, no en el estilo empalagoso de Tolkien, sino como lo hacía Herbert en Dune. De hecho el estilo del libro tiene mucho de Herbert, el narrador omnisciente que muestra a los personajes tal como son y sin máscaras, los malos se sabe de inmediato que son malos y cuáles son sus planes, igual que los buenos, y todo eso no afecta el hecho de que la novela sigue avanzando y no aburre nada de nada.

Sólo hubo algo que me hastió en esta décima lectura del libro, porque al fin di con ello: la repetición constante de ciertos elementos de la historia, ya sea por parte de uno u otro personaje, para volver a situar al lector en el mundo y su contexto particular. Un solo ejemplo: a los Púas les parece muy extraño hablar con un humano, porque son criaturas de un solo cuerpo y pueden tocarse sin que sus pensamientos se contaminen con los del otro; y algunos púas hablan de esto en términos de blasfemia, “como tener sexo con un cadáver”. Leí esa frase al menos siete veces a lo largo del libro. Ya la entendí la primera vez, la segunda me quedó claro. A la tercera dije ok, no es necesario que lo repita… pero lo repitió varias veces más. Y así es con muchos elementos de la historia, que son relevantes para mostrar la estructura de pensamiento de algunos personajes. Pero al final es un poco musho, creo (sobretodo si es la décima vez que se lee el mismo libro, que sin saberlo de memoria, esos detalles son fácilmente reconocibles).

En general ese pequeño detalle es minúsculo, si se mira bajo el prisma de toda la construcción de mundos y personajes que hay en esta historia. Es uno de esos libros que doy gracias por haber descubierto y leído, incluso releído, porque en cada nueva lectura aprendí algo acerca del proceso de crear mundos y personajes. Y de verdad me gustaría encontrarlo en español, poder decir “compren esta obra maestra de la ciencia ficción” y después hablar de ella. ¡Pero no está por ninguna parte! Es un libro que hay que leer. Vernor Vinge es un autor que hay que traducir y editar. Su novela “Al Final del Arcoiris” también ganó el Hugo y está ambientada en un futuro no muy lejano, a lo más una década en el futuro, o dos.

Insisto, este es un libro que TIENES QUE LEER. Hay libros buenos, pero éste es una joya.

El Mago del Desierto (Crónicas de Bajo Raíz #1)

El Mago del Desierto - J.L. Flores Spoilers por montones. Quedan advertid@s.

Tengo dos opiniones: leí el libro con la avidez de un pre adolescente que recién descubre la fantasía; y también con el ojo crítico del escritor quisquilloso. En ambos casos saco una suma positiva, aunque en el segundo me quedan algunas ideas rondando en la testa.

Primero, el lector casi adolescente. La historia narra el amor entre un niño mago pobre y una princesa predestinada a la grandeza. Digo que él es pobre porque lo es, pero esto en la novela no tiene ninguna relevancia; y en su caso es una virtud. Este amor lo llevará a emprender una aventura que le proveerá de un poder mayor al que poseen incluso sus maestros. Los poderes de este niño Mago del Desierto resultan ser tan grandiosos, que logra domar al dios de los insectos y desbaratar una conspiración macabra. Conoce adversarios poderosos y los derrota siempre, con justicia y sin grandes efectos especiales. La historia avanza con tal rapidez que no deja tiempo para analizar por qué ocurren algunas cosas, pero en el contexto del lector poco exigente eso no reviste mayor importancia.

El Mago del Desierto es Naruto meets Mundodisco. También sentí algo de Ang, el Avatar, especialmente con sus enemigos a los que les dice “algún día seremos amigos”. Es un niño común y corriente que de pronto es el mago más poderoso de Bajo Raíz, la ciudad de esta Tierra que contiene un poco de cada una de las Tierras del multiverso. Y aunque los eventos ocurren así de rápido, Omar no se sorprende demasiado, nada le sorprende en realidad. Es muy rarito él.

En el contexto del libro entendido a partir de sus propias reglas, es una historia completa, entretenida, los personajes son simples y gracias a las ilustraciones de Ángela González es muy fácil quererlos. No sé si me hubiese encariñado con el gólem si no me lo hubiesen mostrado por primera vez de pie bajo la lluvia, con esa cara tierna en un cuerpo grande de piedra (p. 37).

Ahora, el escritor mañoso. Acercándose al final del libro ocurre algo que le critico también a Gaiman y que no me gusta: que las respuestas a preguntas importantes de la historia se respondan “fuera de cámara”; prácticamente todo el relato se representa desde el punto de vista de Omar, el Mago, que inicia la novela como un anciano que cuenta una historia. Y llegando al final, en aquellos pasajes donde Omar no estuvo presente, se llena el vacío con un injerto de historia contado desde el punto de vista de otro personaje, pero siempre bajo la premisa de Omar anciano contando la historia. Eso me produjo demasiado ruido. En total la historia queda redondita y todo calza, pero la manera de mostrar escenas que ocurren en otro lugar sigue pareciéndome fácil y apurada.

(De hecho tengo una solución a este asunto particular, pero daré la lata con ella en otro post).

Otro aspecto del relato, que mi alter ego adolescente pasó por alto, son las constantes soluciones “porque sí”. El Mago del Desierto es un niño poderoso y punto, saca soluciones de debajo de la manga y todo ocurre como tiene que ocurrir, sin mayor dificultad. Sus amigos son comodines que se hacen cargo de aquellos asuntos donde el Mago es débil (a lo Goku). Me imagino que con más tiempo y trabajo, habría sido un libro potente, pero ladrillezco como los tomos finales de Harry Potter.

Encontré errores de tipeo, suficientes para ponerme a sospechar. Pero ey, ¡nos pasa a todos! Además son errores “decentes”, unos plurales escritos en singular, algún artículo invisible, ese tipo de detalles. Por lo menos no recuerdo ninguna falta de ortografía de esas que me dan urticaria.

Tiene un humor acorde con el tono general de la novela, aunque el ejercicio de desconectarse de la lectura lineal e ir a leer un pie de página cómico molesta luego del cuarto llamado.

Hay un pasaje “humorístico” que de verdad me molestó, porque me pareció una falta de respeto y una crueldad. Me refiero al chiste de la carretilla (p.246). ¡Eso no se le hace a un personaje querible! Malo JL, malo malo.

La novela en general está bien lograda y hasta el cascarrabias la disfrutó, cuando no estaba peleando con el Dios de la Máquina. Hay que dejar en claro que es una novela para niños desde 12 años, y sé que los niños que la lean la disfrutarán totalmente. La ética de los personajes concuerda con las necesidades de aprendizaje de ese grupo, supongo. Tampoco es fantasía épica. Dejémosla en Fantasía a secas. Y quiero leer las secuelas, de verdad que quiero.

Octocéfalo

Octocéfalo - Sergio Amira, Gabriel Mérida, Sebastián Garrido, J.L. Flores, Alberto Rojas, Jorge Baradit, I.C.Tirapegui, Gabriel Rodríguez, Ángela González Publicado bajo Gran Angular y con las ilustraciones fabulosas de Gabriel Rodríguez (sí, soy fan de su trabajo y me pican los dedos por tener mi copia de Locke&Key en español), es un libro de cuentos con varios autores que por un pelo apenas, se libera de tener algún texto mediocre.

Por si no me expliqué bien, le redundo acá: en otros libros he encontrado cuentos buenos o buenísimos, cuentos interesantes, y cuentos mediocres. Y Octocéfalo NO tiene cuentos mediocres. Hay un trabajo de edición previo, serio, y sé por lo que me cuentan los autores antologados aquí que de verdad fue un trabajo intenso (para la mayoría). Algún cuento estuvo así, pero así, de entrar a la categoría ésa que nadie quiere leer, pero los salvó el ejercicio editorial y ya verán a qué me refiero, CUANDO LO LEAN.

El viaje comienza con Martina y el fénnec (Amira), una historia tierna que me sorprendió al final, ternura y todo, porque me esperaba otra cosa y me quedó dando vueltas la conclusión. Que ganas de decirlo acá, pero sería un spoiler de lo peor. A continuación el cuento Pájaro (Flores) es como caerse de la silla, oscuro y fuerte, y al leerlo después del cuento de Sergio, me los imagino como dos extremos de una flecha, en uno está el filo y en el otro una pluma. Ambos cuentos son buenísimos y el efecto de leerlos uno después del otro, es para quedar marcando ocupado (positivamente). Y culmina el juego de sensaciones encontradas con Dientes de leche (Tirapegui), que es el mesotes de los dos cuentos anteriores, con hadas y criaturas fantásticas que son sórdidas y desconcertantes, en un mundo demasiado humano y a la vez muy ajeno y descarriado.

Terranova (Rojas) es un cuento de transición que mezcla un hecho verídico, las cavernas ocultas bajo Santiago, con una visión fantástica de la tierra hueca. Le sigue Time Wars Lluscuma (Baradit) donde la historia y la fantasía orgánica se funden y se enredan y se sienten como una epifanía que se engrana perfectamente con el cuento que le sigue, Hearthquake (González), que es una historia fuerte, fuerte compadre, donde no queda claro si lo que ocurre tiene una conclusión positiva o negativa, y eso me dejó marcando ocupado (negativamente).

Cierran la novela dos cuentos, África Arcangélica (Mérida), que sigue la historia de otro cuento de Amira, Caro data Archangeli (Visiones 2005); y Piel de Uroboros (Garrido) que toma todo lo que ocurre en los cuentos anteriores y lo mezcla en la cabeza de un pobre escritor desdoblado.

Mención aparte son las ilustraciones de Rodríguez, que son tremendas y por supuesto tengo mi favorita: Martina y el fénnec. La quiero en gigante para colgarla en la muralla.

En conclusión, fue un agrado la lectura, especialmente por los “efectos especiales” que se produjeron entre un cuento y otro. Reconocí al fénnec en otra historia del mismo libro y eso me fascinó, como una conspiración entre autores que toman prestado elementos de otros cuentos y entre todos construyen un mundo. Además agradezco que no se organizaran las historias en orden alfabético. Mil gracias.

Cabra lesa

Cabra lesa - Daniela González, Diego Zúñiga Sabía que era un comic online. Sabía que era acerca de chicas guapas atormentadas por la vida de ciudad a principios del Siglo XXI. Había leído varias de las viñetas en su sitio Web. Pero no me esperaba un libro. Y cuando salió, pues que me lo compré poh! La curiosidad me la ganó y de verdad prefiero comprar web-comic impreso y autogestionado antes que una novela gráfica ultra viralizada.

Me fui en el metro leyendo Cabra Lesa, no me importó que la estética del libro dijera “es para nenas”, y juraría que alguien me tomó una foto con el celular. Me enamoré del dibujo (obra maestra de Diego “Novamin” Zúñiga), primero porque son chicas lindas, weón, son todas ricas; y por su estética de manga mezclada estratégicamente con otras técnicas de comic occidental.

En el prólogo (de Francisca Solar) se resume la vida de los cuatro personajes que pueblan las viñetas en el libro, quién es quién y por qué se conocen. Es un relato apurado que me obligó a releer algunos pasajes. Aunque me habría hecho más sentido un par de páginas dibujadas con esa misma historia. Y sinceramente, el formato “sólo texto” en el libro me sobró. Me duele en el alma porque soy un sujeto “textual“, pero en el contexto del libro, la estética del comic y etc, todos los textos planos me resultaron innecesarios*.

Las historias me fascinaron desde el principio, conozco chicas así, adultas autosuficientes pero con síndrome de Princesa (en busca de su príncipe azul), decididas y para nada ignorantes, pero con una inocencia que bordea la tontera. ¡Por eso lo de “Cabra Lesa”! Recién caigo. Y me conmovieron las cuatro historias (creación de Daniela González Viviani), aunque mi ego fetichista hizo link directo entre Berni y Paula Catilao… Para mí que alguna vez se conocieron en el Ansible (trivia para quienes leyeron PSIQUE).

Bárbara Poblete quedó embarazada muy joven y tiene que valerse por sí misma; Francisca Cortés está disconforme con una relación en la que ninguno quiere cambiar; Bernardita Riquelme tiene problemas familiares por ser lesbiana y parece haber encontrado el amor; y Noelia Poblete es una soltera que odia estar soltera (se considera “incompleta”) pero elije pasteles que no quieren lo mismo que ella.

Partí como avión con el humor feminista y me reía solo en el metro. Poco a poco el tono se fue poniendo más serio, más adulto, y ya para el tercer tercio no recuerdo ningún chiste. Las historias se mezclan y en esa primera lectura me parecieron equilibradas, pero intuyo que el propósito de la historia (como un todo) se fue construyendo en el camino. No digo que esté mal, pero me inclino a favorecer el humor y el romance por sobre el drama o la tragedia y a Cabra Lesa le faltó más humor al final.

Imagino este libro como el piloto de una miniserie, tanteando los gustos del público y del mercado antes de lanzarse a trabajar en los demás capítulos. Es el trabajo de un año de un equipo de amigos y me gustaría mucho ver un segundo tomo en octubre de 2012. ¿Encontrará Noelia a su Príncipe? ¿Regresará Francisca con su ñoño? ¿Bárbara podrá lidiar con las visitas legales del padre de la guagua y su inevitable intromisión en el futuro de su hijo? ¿Bernardita habrá encontrado al amor de su vida…? (veo muchos conflictos, mucho material, y muchas oportunidades para reír)

Si quiere su copia del libro, vaya a la Web de Cabra Lesa y no sea longi, cómprelo.
Doctor Who: Prisoner Of The Daleks - Trevor Baxendale Durante mi breve pero provechoso paso por Inglaterra, me rehusé a comprar todo el merchandising del Doctor Who que encontré (y no encontré mucho, en realidad) porque salía caro y en realidad soy uno de esos fan que le gusta la serie, pero no me enloquezco… Aunque había un TARDIS con el Doctor (interpretado por Matt Smith) y la Amy Pond y Rory en versión Barbie que me habría comprado por el sólo gusto de ser un idiota feliz.

El asunto es que sólo me compré un dalek/aromatizador de interiores, y un paquete con tres libros de colección a sólo 3 libras en su cajita de cartón. Una ganga. Los libros eran de la temporada en que David Tennant hacía el papel del Doctor y por las que me volví fanático de la serie. De hecho aparece él en la portada y en la contratapa dice “featuring The Doctor as played by David Tennant in the hit series from the BBC”.

Postergué la lectura de estas maravillas porque estaba seguro que me decepcionarían. Tenía esa idea pegada en la cabeza… hasta que hace una semana agarré uno, Prisoner of the Daleks, y lo leí de una patada.

Todos mis temores se convirtieron en realidad. Y al mismo tiempo disfruté el libro como si fuera un capítulo más de la serie. Ahora entiendo a los fan que leen “canónicos” de sus series favoritas, vi a Tennant poniendo sus caras y mirando para el lado y agarrándose el pelo, esa onda. Fue incluso más vívido que otros libros que he leído por primera vez.

De partida, el Doctor no es descrito y no hay trabajo de personaje. A lo más alguna descripción de su ropa, que es la misma que se ve en la serie y en la portada. Y el resto de los personajes son estereotipos básicos y bastante pobres, incluso para una historia juvenil. Lo notable de esto, que en otras circunstancias sería motivo de infinito desprecio, es que no hay necesidad de profundizar con los personajes, nada, cero, porque todo el contexto de la historia ya está dado por la serie de televisión, y el autor se ahorra un centenar de páginas en introducciones innecesarias.

A este gran detalle, le sigue un pequeño horror literario: el salto de punto de vista, que para remate, aquí es constante. En una serie de televisión esto es natural, crea suspenso y da continuidad al relato. PERO SÓLO EN TELEVISIÓN. En un texto literario que además abusa del recurso, es desastroso. Pero nuevamente me contradigo en este caso particular, porque este libro es en efecto un capítulo de la serie, sólo que está en forma de texto y no de video.

Esto me hace dar por cierto que los autores novatos que cometen este error, el salto de punto de vista, han visto demasiada televisión. Caso cerrado.

Ahora que lo analizo, no hay mucho más que decir de la obra. Está llena de lugares comunes, personajes unidimensionales, diálogos que sonarían raros en la vida real, saltos en la perspectiva del narrador (punto de vista), y la razón simple es que no puede ser de otra manera. ¡Es una franquicia! No debería sorprenderme en absoluto.

La sensación final que dejó esta lectura es que en algún punto alguien hizo un tratamiento de guión que no fue aceptado para TV, pero que podría servir en un contexto secundario, dentro de la continuidad de la serie pero sin influir en ella. Se dio el vamos y ese alguien complementó el tratamiento de guión hasta transformarlo en esta novela estándar de 250 páginas.

Me quedan dos libros más de la colección: Shining Darkness (el Doctor con Donna) y The Many Hands (el Doctor con Martha). Me aguantaré de leerlos, pero no los desecharé, incluso si sé de antemano que encontraré estos mismos defectos. Porque al leerlos y reconocerlos me siento más seguro que yo no los cometeré. Además que la historia, básica y poco ambiciosa, sí me entretuvo. Sólo en este caso me doy permiso para ser indulgente.
Chronicles Of Amber - Roger Zelazny I already read this one (the first five books of Amber), like three times before. But it's been always a good read, so there I'll go again, maybe next month.
The City and the City - China Miéville Es una fantasía urbana sorprendente, aunque para mi gusto todo aquello que le otorga un aura fantástica es decepcionante al final, no por completo, pero suficiente. El truco, así como los personajes deben no-ver la ciudad que está cruzando una línea imaginaria, es que el protagonista tampoco suelte la lengua acerca de aquello que debe no-ver y no-oír. Fascinante.

Lo que lamento es que no puedo decir los contras sin declarar un spoiler que eche a perder la novela completa a los ojos del lector. Por lo tanto en ese aspecto seré vago, por respeto a quienes no la han leído.

Resumiendo todos los contras en uno, la novela no es ni fantástica ni de ciencia ficción, aunque instala la idea de lo sobrenatural e incuestionable en un lugar del planeta que podría existir y donde alguna vez en el pasado quizás habitó una cultura más avanzada que la nuestra.

Es una novela inteligente, la historia está muy cerca de la novela negra aunque imaginada para un público adolescente, una historia policial que incluye ese elemento sobrenatural intangible en su desenlace. Y a medida que la novela avanza y va desplegando estas ideas acerca de lo prohibido y lo no-visible a plena vista, se vuelve muy absorbente.

Imagina una ciudad, Santiago por ejemplo, y que en alguna parte hay una barrera imaginaria, del otro lado está otro Santiago, con otro nombre, con otras características culturales y de idioma, y aunque sabemos que está allí, no lo debemos mirar. No es tan simple como “ignorar” lo que está del otro lado de esta barrera, es algo tan complejo como engañar a tu cerebro y no-ver y no-oír lo que está ahí a plena vista y tú no debes mirar por ningún motivo. En algunas partes las calles se conectan, en otras los edificios están aquí y allá, la gente camina en una vereda haciendo de cuentas que en la otra vereda no ve nada. Lo que mueve a los habitantes a no transgredir esta ley básica es el miedo a un poder invisible que les observa desde siempre, que mantiene las ciudades separadas y ejecuta la ley sin miramientos. Si tú cruzas al otro lado, aún sin saber, estás jodido.

Y este extraño fenómeno instalado en la base contextual del ambiente y la cultura de los personajes y la historia, hace que la novela se destaque y haya ganado el Premio Hugo. Así nomás.

En el primer párrafo dije que me decepcionó al final. No puedo decir por qué sin el spoiler auto-censurado, pero es una decepción leve, es más un “pucha la lesera” en vez de un “puta la weá”, relacionado con la manera en que el autor trabajo mí psiquis durante la lectura para luego des-trabajarla. Es como el momento inevitable en que un niño descubre que en viejo Pascuero no existe.

Es una novela de las imperdibles. Creo que podría releerla dentro de algunos años y disfrutarla tanto como ahora, aunque sin la misma sensación de sorpresa. Son dos historias trenzadas con una tercera que las acompaña en silencio, de la misma manera que hay dos ciudades y una oculta en el medio. Y sobre todo lo demás, me hizo feliz reconocer la manera en que el autor trabaja estos elementos, demasiado obvio a ratos, pero sin soltar la trampa hasta el final. Benísimo.
The Windup Girl - Paolo Bacigalupi Tengo dos opiniones de esta novela. La primera, es que se pasó pa buena, me voló la cabeza tres veces y ahora que escribo esto me dan escalofríos, así de potente la historia. Y la segunda, es que hay pocos detalles por los que me puedo quejar, pero son detalles enormes y me hacen mucho ruido.

Partamos con lo bueno. Es el siglo 23, las compañías calóricas (que ahora conocemos como “corporaciones multinacionales”) son dueñas de productos estériles a prueba de enfermedades y plagas, y estas plagas que algunas veces mutan y diezman poblaciones famélicas de humanos, son producto de las mismas corporaciones. Así nomás, igual que ahora, pero en la novela nadie trata de esconderlo. Es Tailandia, en una ciudad junto al mar protegida por diques antiquísimos que evitan la entrada del mar post derretimiento de los casquetes polares. Y en esta ciudad un espía de las compañías calóricas encuentra una pista hacia una fuente de riqueza fabulosa: un banco de semillas secreto.

Así parte la novela. Distintas historias contadas desde la perspectiva de su protagonista se entremezclan, dando pinceladas a este futuro distópico que suena tan apocalíptico y corrupto. Por ahí leí que se trata de una “biopunk”, la versión biológica del steampunk, donde la función de una persona se mide por las calorías que consume en relación con las calorías que gasta, donde las máquinas funcionan con motores a cuerda, donde la genética es un juego y cada día hay una nueva plaga, donde los japoneses usan “mujeres a cuerda” y otras criaturas pensadas para trabajar, hombres de diez brazos capaces de desarrollar trabajos pesados pero incapaces de alimentarse por sí mismos.

En este contexto el personaje que da nombre a la novela, Emiko, es una mujer a cuerda (windup girl). No es que sea mecánica (ojo con la versión traducida de la novela, ése es un error contumaz de traducción), sólo es “artificial”, New People, incapaz de reproducirse e incapaz de sobrevivir sin un amo que la cuide, seguramente a causa de los genes caninos embebidos en su sistema. Sus movimientos parecen los de una máquina mal engrasada, como un tartamudeo, lo que la hace muy obvia a los ojos de los humanos. Y la pobre Emiko fue abandonada en Tailandia por su anterior amo, al que le salía más barato comprar una nueva de vuelta en Japón que pagar los costos de aduana por transportar la suya. Son objetos, ni siquiera se les considera humanos. Por ello trabaja en un puticlub, humillada cada noche porque no importa, porque para eso existe.

Ya me pasé de la raya con los spoilers. Hay más personajes, hay más historias, y la novela despliega cada trama y subtrama de manera magistral, es espectacular. A tal punto que esta novela ganó los premios Hugo, Nébula y el Locus, más unos cuantos más que no me suenan.

Lo malo es su lentitud. O sea, la novela no deja de avanzar, en ningún momento se queda pegada. A lo más los personajes hacen algún raconto hacia alguna imagen o momento de sus vidas y con eso nos dan una imagen parcial de su mundo. No es una novela de acción, es acerca de los personajes y cómo hacen para sobrevivir. Sigo pensando que es fascinante, pero se demora en llegar. Hay acción al principio y al final, y el resto es un arco amplio en el que se desanudan problemas que interactúan y generan una conclusión esperada.

Otro problema, del que tal vez nadie más se dio cuenta, es Emiko. No quiero dar más spoilers, sólo diré que en dos oportunidades le ocurre algo terrible, algo que debería dejar alguna huella… pero que al siguiente capítulo es como si no hubiera ocurrido. Eso es grave. Y aunque no me crean, casi no se nota y por poco pasa inadvertido. La marea de sucesos es tan abrumadora y los personajes tienen mochilas tan pesadas, que un error así de absurdo pasa a segundo plano y se justifica a sí mismo sin que haya ninguna justificación. Así de formidable es la novela. Si ya leíste la novela y no sabes a qué me refiero, manda DM a @guajars y te contaré, sin divulgarlo.

Entre las dos opiniones, todo lo bueno apaña y reduce lo “malo” a una anécdota ridícula. La lentitud del relato es necesaria. Los personajes desplegaban sus irregularidades ante mis ojos y me hacían sospechar de cada uno. Ningún personaje es un héroe, al contrario, todos son monstruos que han cometido atrocidades para sobrevivir. Y a pesar de ello son queribles, son imperfectos y bellos. Por la CTM la novela pa buena.
Zoo City - Lauren Beukes Tengo que admitir un error básico MÍO a la hora de leer esta novela. No me enteré que la historia transcurría en Johannesburgo, Sudáfrica, hasta la última página. Las señales y referencias geográficas estaban allí desde la primera página y aún así no les puse atención. Juraba que era algún rincón oscuro de Londres, todo el rato. Tarea para mí, regresar al libro de geografía de primero básico.

Zoo City es la segunda novela de la periodista sudafricana Lauren Beukes. Ganó el Arthur C. Clarke 2011 a la mejor novela y fue un gran descubrimiento, la edición británica estaba prácticamente agotada.

Es una fantasía urbana ambientada en el presente, en un ambiente que parece conocido, tal vez por eso pasé de largo y no vi que se trataba de Sudáfrica. Está escrito en primera persona con un lenguaje callejero que a ratos me dejó desconcertado, al punto que debí releer algunos párrafos, sobretodo al principio, hasta que me acostumbré al tono y ritmo de la obra.

Zinzi December es una ex-periodista y ex-drogadicta que lleva algunos meses limpia, todavía debe dinero a su dealer y hace mailings con phishing para pagar esa deuda; comparte su cama con un refugiado de Ruanda; y lo más importante, trae un oso perezoso consigo. Este animal no es una mascota, es el reflejo de su culpa a raíz de una muerte, y como efecto secundario le otorga la capacidad de encontrar objetos perdidos. Y también personas.

La novela está llena de magia, las personas que tienen animales son discriminadas por el resto de la sociedad al punto que la mayoría de los zoos habitan en el mismo gueto, unos bloques de edificios conocidos como Zoo City; Los zoos tienen poderes muy extraños, como la capacidad de recibir e-mails de gente muerta, alimentarse del conflicto o asegurar cerraduras para que sólo puedan ser abiertas por los dueños de casa.

No diré más de la historia porque ya me pasé de spoilers. La autora usa el relato de primera persona magistralmente, con el lenguaje propio del contexto en el que se ambienta la historia, chuchadas incluidas. Avanza introduciendo a los personajes y los ambientes de manera paulatina, sin apuro, partiendo de cero junto con el lector; y así despertó mi curiosidad, mostrando en imágenes cotidianas cómo se construye el relato. Lamentablemente en algunos capítulos se permite licencias, como incluir trozos de noticias publicadas en el periódico local, o trozos de historias que explican cómo es que los zoos llegaron a tener su animal y creo, sin justificarla, que probablemente no había una mejor manera de hacerlo sin alargar demasiado las introducciones.

Al finalizar el tercer cuatro de la novela, el arco argumental que abre el relato se cierra y ahí quedé con cata de WTF!, mientras el relato hacía uso de otro plot que se venía formando en sus páginas como una niebla. Me da la sensación que la autora se vio atrapada por su propio gólem y na no supo como terminar lo que comenzó, imaginó un desenlace de película y regresó sobre el texto para agregar otras escenas con los ingredientes del cocimiento final. ¡Y vaya que final, chico! Pero fue necesario veinte páginas extra de atar cabos sueltos, con escenas inconexas y la protagonista, Zinzi, realizando acciones sin entender por qué las hace.

El libro termina bien, espectacular de hecho, pero se nota el esfuerzo descomunal por hacer encajar piezas de otro rompecabezas en el argumento inicial. Lo logra, casi, al menos yo me di cuenta del pastiche final. Y a pesar de esto, es una novela formidable, me sorprendió totalmente y me abrió la mente a mil posibilidades para mis propias creaciones, que en otras circunstancias habría desechado por ridículas. Debo repetir que en un primer vistazo es una novela difícil de leer, tanto modismo y descripción estrambótica de las modas juveniles del minuto me tenía con la cabeza en las nubes. Pero la sensación de estar perdido sólo dura algunas páginas.

Totalmente recomendada. Vaya por ella vía Amazon porque la edición en español huele a lejana.

ACTUALIZACIÓN: la autora me comentó por Twitter que hay una traducción al español en camino. Así que al awaite!
American Gods - Neil Gaiman Es un libro entretenido y es difícil dejar de leerlo una vez que se comienza. Pero no es fascinante ni enloquecedor ni lo pondría en la cúspide de mis libros favoritos, por varias razones que explicaré luego.

Es la historia de un ex convicto, de nombre Shadow, que es contratado por un sujeto poderoso (que resulta ser un Dios) el mismo día que le dejan salir de la cárcel y le anuncian que su mujer murió en un accidente de tránsito junto a su mejor amigo. Al poco andar Shadow entra en el juego de este sujeto, incluso sin creer ni entender lo que ocurre a su alrededor, como en un mal sueño, hasta que se ve metido de cabeza en una guerra entre los dioses olvidados de antaño y los nuevos dioses del presente.

Toda la historia transcurre en parajes estadounidenses durante un invierno típico, muy helado, con ciudades que son la sede de la bola de hilo más grande del mundo y otras atracciones así de absurdas, con un marcado tono chovinista pro estadounidense, extensas conversaciones banales en las que el espíritu “americano” es alzado a la altura de los dioses mismos, y muy poca acción. Siempre es Shadow viajando, Shadow en una conversación, Sadow descubriendo algo muy importante al punto que el lector intuye la respuesta. Y así hasta el aburrimiento… un aburrimiento que en realidad no llega, porque los hechos de la historia se mueven como en un mecanismo de reloj, todo ocurre en el momento justo para que el libro no guatee. Este chiquillo Gaiman conoce su oficio.

No me parece raro ni sospechoso que ganara el premio Hugo, el Nebula, el Bram Stoker, el SFX y el Locus, ni siquiera porque la novela es una extensa Fantasía Urbana (ya dedicaré un post exclusivo a este género), muy lejos de la fantasía épica y de la ciencia ficción. Los premios antes citados, sobretodo los que históricamente son hijos y se deben a la CF, paulatinamente se han encaminado por las rutas de la mercadotecnia. No me voy a despeinar vociferando preguntas a los dioses mismos citados en el libro, indagando por qué un premio de CF cae en una novela de fantasía urbana. Es para perder el tiempo. El libro le gustó a los votantes y punto.

Ahora… Tanto galardón puso una estrella muy alta en mi arbolito navideño, y una vez que leí, entendí y terminé el libro, me quedé con una sensación de estafa. ¡Calma! el libro sí es bueno, sí es entretenido, sí está bien escrito y etc, pero está tremendamente sobrevalorado. El protagonista, Shadow, es plano y unidimensional, es una excusa para dar vida a todos los personajes secundarios. Hasta la esposa muerta de Shadow tiene más vida. Es el típico personaje que responde correctamente a una pregunta importante y luego no sabe cómo lo hizo, deus ex machina tras deus ex machina se hace camino a través de la historia y comprende la solución a los problemas que le aquejan, ¡a través de una epifanía! Shadow, en mi propia descripción del personaje, es una torta sin azúcar, rodeado por el dulzor de diversas masas dulces y sabrosas.

Y al mismo tiempo, Shadow crece (imperceptiblemente) hasta transformarse en un héroe, y la conclusión de la historia da sentido a toda la parafernalia anterior. El libro se sustenta a sí mismo y abre puertas a secuelas, como Los Hijos de Anansi.

No me gustó lo mismo que destaqué en El Libro del Cementerio, que la respuesta a ciertos dilemas se responda “fuera de cámara”. Es una técnica que funciona perfectamente en el comic y en el cine, ámbitos donde Gaiman es un seco, pero que en una novela son pobres soluciones a problemas que debieran corregirse dentro de la misma línea argumental que da vida al libro, siempre bajo el punto de vista del protagonista. Y lo peor en este caso, es que Gaiman usa este recurso al final, cuando la soga le aprieta el cogote y quiere terminar el libro lo antes posible. Se nota demasiado.

¿Lo recomiendo? Sí, Dioses Americanos es un libro que entretiene y me llenó la cabeza con ideas, al mismo tiempo que me mostró las cosas que no hay que hacer a la hora de escribir una novela. Son detallitos nomás, que yo destaco porque me quedaron grabados en la memoria. Léalo y disfrútelo y de ahí me cuenta.
Wizards: Magical Tales From the Masters of Modern Fantasy - Eoin Colfer, Patricia A. McKillip, Orson Scott Card, Garth Nix, Jane Yolen, Tad Williams, Terry Bisson, Gardner R. Dozois, Gene Wolfe, Jack Dann, Jeffrey Ford, Terry Dowling, Kage Baker, Andy Duncan, Elizabeth Hand, Mary Rosenblum, Peter S. Beagle, Nancy Kress, Tanith Lee, Cuando Luis Saavedra me dio la oportunidad de pedir unos libros por Amazon a su nombre, elegí éste (de los tres que pedí) por dos únicas razones: tenía el cuento de Neil Gaiman que dio origen a la novela El Libro del Cementerio, libro que me encantó y me permitió entender que se puede trabajar el terror y la oscuridad sin caer en lo macabro; y porque uno de los antologadores es Gardner Dozois, de quien leí otra antología hace algún tiempo llamada “La Nueva Space Opera” que removió los cimientos de lo que creía que era el space opera. Me voló la cabeza, así que vamos con una antología de pura fantasía.

Primero debo decir que hay de todo, desde la fantasía más clásica a la más vanguardista. Todos son cuentos (y una novela corta) bien escritos y trabajados, aunque algunos tienen detalles que les restan mérito, a mi jumirde parecer.

“The Witch Headstone” es el cuento que mencionaba de Neil Gaiman. Es una historia redonda, perfecta, que no necesita mayor introducción ya que a medida que se avanza en la lectura se comprende el ambiente y el contexto en el que se desarrolla. Claro que haber leído la novela antes del cuento me dio cierta ventaja. Pero es un excelente cuento y entiendo que se lo eligió de los primeros por esa misma razón.

“Holly and Iron” de Garth Nix me sorprendió al mezclar la historia de Inglaterra con el mito del Rey Arturo y Robin Hood en un mismo relato, donde aparecen dioses furiosos y manipuladores y donde la magia es algo natural de la realeza pero también sus características están arraigadas a los poderes propios de cada linaje. Aunque el final es predecible, la historia fluye y en realidad no importa que sepa cómo podía terminar, porque importa más saber cómo el autor logra que todo se conjugue. Tremendo.

“Color Vision” de Mary Rosenblum es la típica historia que crece a partir de una idea que va cambiando a medida que se la escribe. El cuento funciona bien, una niña que es hija de dos mundos (pero no lo sabe) es acosada por un ser poderoso. Pero al mismo tiempo es como obvio cómo va a terminar y eso me defraudó, porque la historia prometía y me golpeó con la solución más obvia.

“The Ruby Incomparable” de Kage Baker es otra de esas historias que crecen según se le va ocurriendo al autor. Es entretenida, bien contada y en este caso lo que parece una telenovela resumida, va asumiendo nuevos rumbos a medida que el relato avanza y de verdad que va sorprendiendo. Incluso con ese final que no termina. Mi impresión general de este cuento es que la protagonista es una excusa para mostrar a sus padres: el hombre más malo del mundo, casado con la mujer más buena, ambos dioses, claro.

“A Fowl Tale” de Eoin Colfer me engañó, pensé que tendría algo que ver con Artemis Fowl, pero no. Usted no se engañe. Es una historia simple y escueta, con un grado de humor que la redime y la salva a un pelo de no quedar en la antología (supongo).

“Slipping Sideways Through Eternity” de Jane Yolen es mi primer cuento temático de fantasía judía. Así como lo oye. Aparte de explicar algunos interesantes detalles acerca del judaísmo en el siglo XXI y llevarme por un mundo donde soy un completo ignorante (siendo el mismo mundo donde habito), utiliza de manera bastante ingeniosa el viejo truco de la paradoja en el tiempo.

“The Stranger’s Hands” de Tad Williams es una historia que está al borde de ser cómica, al borde de ser inteligente, al borde de lograr que le dé una estrellita plateada… y lo logra justo al final. Magos de grandes poderes que no pueden vivir sin sus archienemigos. Esa onda.

“Naming Day” de Patricia A. McKillip es un cuento que bien podría ser el primer capítulo de una novela, y deja con una sensación de cojera. No es un mal cuento, hay que decirlo.

“Winter’s Wife” de Elizabeth Hand es el cuento más interesante del lote, lo digo en serio, porque muestra una serie de sucesos mágicos desde la perspectiva de un niño, sucesos que podrían ser simple prestidigitación o alguna estafa basada en ilusionismos, y se relatan como verdaderos actos de magia que no sorprenden a nadie (en la historia). Cuenta un episodio mundano, en una ciudad aburrida, y aún así se las ingenia para ser interesante hasta el final. Wow.

“A Diorama of the Infernal Regions, or The Devil’s Ninth Question” de Andy Duncan… debo admitir que no me enganchó y no lo terminé de leer. O sea, me aburrió profundamente desde el principio y ante la desesperanza mejor no seguí leyendo. Nada que hacer. Tal vez en el pool de historias y la montaña rusa de estilos, tenía que venir un cuento penoso. No digo que sea malo, simplemente no logró que me interesara y ándate cabrito que este libro está lleno de cuentos interesantes.

“Barrens Dance” de Peter Beagle también habla de magos súper poderosos que siempre logran lo que quieren… excepto cuando lo que quieren está más allá de su poder. Diré que es interesante y hace un juego arriesgado con el narrador, que resulta ser algo que ni me imaginaba. Entretenido.

“Stone Man” de Nancy Kress es otro de esos cuentos que son interesantes por las características de la fantasía y la magia, en contraposición con una historia mundana que luego se transforma en la primera etapa del camino del héroe. En este caso está bien trabajado y el uso de ese modelo manoseado pasa inadvertido.

“The Manticore Spell” de Jeffrey Ford es de esas historias que ni fu ni fa, sin ser mala ni fome ni mal escrita, simplemente pasó.

“Zinder” de Tanith Lee es una historia bella, un cuento de hadas con un protagonista tan bueno que da rabia.

“Billy and the Wizard” de Terry Bisson me sorprendió y me hizo reír, porque sin ser un cuento escrito por un niño, es muy infantil y se nota que es a propósito, al borde del surrealismo. LA repetición de frases es hilarante, porque lo imaginé todito.

“The Magikkers” de Terry Dowling muestra un mundo donde la magia es un bien escaso, pero aquellos que poseen el extraño don, como un único cartucho que luego se extinguirá, pueden hacer grandes cosas. Y lo mejor/peor del cuento, es que al final nunca se sabe lo que ocurre.

“The Magic Animal” de Gene Wolfe usa la leyenda del Rey Arturo a su pinta y dibuja un mundo de magia impresionante, y una historia de amor que trasciende al tiempo. Muy buen relato, intrincado y autocontenido (lo que ocurre al final afecta a lo que ocurre al principio, a ver si me explico, todo tiene que ver con todo en una estructura no lineal).

Y

“Stonefather” de Orson Scott Card es uno de esos cuentos muy largos que querían ser novela, pero que en algún punto dejaron de ser interesantes para el autor o ya no le dio el pellejo para continuar, sabiendo que sería una pobre novela. Sé que Orson ocupa el viejo truco de escribir un cuento y, dependiendo de la aceptación de éste, lo transforma en novela. En este caso se nota que era novela (corta) y que algo le pasó, quizá su editor le quitó el piso, qué sé yo. ¡Pero la historia es muy buena! Iba lento pero seguro, veía que se estaban acabando las hojas del libro pero no podía admitir que algo estaba mal… Malo Orson, malo, 4/5 de introducción para presentar un personaje interesantísimo y su ambiente, y paf que me arrojas un Deus ex machina, Neo otra vez salvando a la Matrix. ¿Por qué me haces esto? Igual es un gran cuento (introductorio, supongamos) a un universo de magia particular donde el precio de la magia es algo muy difuso y al parecer no significa un verdadero costo. Y para, que el que me enseñó que la magia siempre le cuesta algo al mago, es Orson Scott Card.

Es fascinante como estos autores siguen usando lugares comunes de la literatura fantástica, pero los acomodan para que no se parezcan en nada a las historias que otros escriben usando los mismos elementos. En serio, Rey Arturo hasta en la sopa, magos con varitas, hadas y gnomos. Pero al mismo tiempo otros evitan esos lugares comunes y presentan un mundo muy parecido al nuestro donde ocurren cosas justo debajo de nuestras narices. Magia por montones en un contexto que se siente más cercano.

Todas son buenas historias (aunque no puedo dar fe de esa que no leí, por aburrida). Algunas me sorprendieron o me hicieron reír y en general me entretuve un montón (menos con esa que ya dije). Y me enojé con Orson, porque estoy seguro que este cuento no era su mejor trabajo e igual lo publicaron. Malo Orson, malo Gardner Dozois.

Como conclusiones, admitiendo que soy un lector exigente:

1) Puedo aceptar que un cuento vaya encaminado hacia un final predecible siempre que me sorprenda en el camino y que ese final predecible no sea tan fácil para los personajes ni para la historia.
2) Prefiero las historias que parecen cercanas, por sobre las que se ambientan en paisajes exóticos.
3) Me matan los Deus ex machina, me repudren, echan a perder toda la historia.
4) Alabo la magia que cuesta, detesto la magia gratuita.

Nota aparte, el antologador hace un ejercicio que pocos editores se atreven a hacer: ordenar los cuentos para crear una experiencia a partir de su propio criterio, y no alfabéticamente para que ninguno se enoje. Y funciona como una montaña rusa, cada cuento se conecta de alguna manera sutil con el que le antecede y el que le precede, creando una sensación de continuidad donde realmente no la hay. Además que la calidad de las historias y de la pluma de cada autor/a superan cierto estándar y ningún cuento sobra.

Cuentos Chilenos De Ciencia Ficción

Cuentos Chilenos De Ciencia Ficción - Carlos Tromben, Jorge Baradit, Francisco Ortega, Daniel Villalobos, Luis Emilio Guzmán, Marcelo Simonetti, Francisca Solar La definición clásica de Ciencia Ficción dice algo así como “es un género especulativo que relata acontecimientos posibles desarrollados en un marco espacio-temporal puramente imaginario, cuya verosimilitud se fundamenta narrativamente en los campos de las ciencias físicas, naturales y sociales”. También es cierto que las fronteras entre la CF, la fantasía y el terror están desdibujadas y desde hace años caminan juntas de la manito (por lo menos en Chile).

Entonces no me extraña que esta colección tenga más gusto a fantasía que a ciencia ficción. Tampoco está mal, pero en un par de cuentos (ya diré cuáles) la inclusión bajo el género de CF se nota forzada.

Me es inevitable comparar éste con el otro libro de la colección de editorial Norma, la de Cuentos de Terror, sobretodo porque se repiten los mismos autores. Y es mi deber decir a los lectores que el tomo 2, el de Ciencia Ficción, está mucho mejor que el primero. Está mejor escrito, reposado, el editor le dedicó más tiempo y probablemente hubo más interacción con l@s autores antes de enviar a imprenta. No es algo que me conste, pero se nota. Y se agradece.

No haré más comparaciones porque sería un despropósito. Mejor revise mi reseña al tomo 1 y lea los dos libros.

Acerca de los cuentos en esta entrega:

Volviendo del Frío, Alberto Rojas. Futurismo. Un cuento con estilo de ciencia ficción clásica, que explora un problema sorprendente que le revienta en la cara a sus protagonistas. Cuando digo “clásico” me refiero a tres personas hablando en una habitación cerrada, tensión en aumento y claustrofobia. La premisa se sustenta y debo decir que me dejó con gusto a poco. Quiero saber cómo continúa.
Dino Bonsai, Francisco Ortega. Distopía con algo de tecnothriller. Una propuesta espectacular en la que mezcla una invasión extraterrestre, el tráfico de software a través de la sangre y no diré más para no dejar gusto a spoiler. Lo único que me descuartizó (en mala) fue el final deus ex machina. Pero todo lo demás da para construir una tremenda novela negra. Ojala se haga.
Phantom Pain, Mike Wilson. Ucronía con una pinta casi invisible de steampunk. Relata un desastre desde la perspectiva de un personaje instalado en el centro de la tormenta. Parte como avión y se va desinflando paulatinamente hasta un desenlace obvio, y toda la construcción inicial del protagonista parce innecesaria.
Modelo 52, Marcelo Simonetti. Distopía para unos, utopía para otros =^.^= Superó mis expectativas y le doy cinco estrellitas de caramelo. En un futuro sin mujeres la tecnología es tu única amiga. Buen cuento, muy gráfico, me mató con lo de los perros al matadero. En serio, muy bueno.
Wunyelfe, Jorge Baradit. Es CF inclasificable, pero CF igual nomás. Instalado en el universo de Ygdrasil, los humanos somos piezas conectadas con el cosmos, engranajes de una guerra. Algunas imágenes de la primera parte son difíciles de aprehender, le llora más descripción de ese evento en el que una máquina semi orgánica emerge desde el centro de la ciudad. Por supuesto tiene descripciones durísimas, inapropiadas para niños pequeños. Heavy metal.
Déjame ir, Francisca Solar. Más fantasía que CF. Durante todo el cuento imaginé una cosa y a la hora del desenlace, me llevé una sorpresa. ¡Bien! Es una historia cruel, que podría generar esperanzas también. Y la última frase es un chan! Buen cuento.
Vagón, Luis Emilio Guzmán. Distopía. Relato que crece y se sustenta sólo en diálogos. Impresionante, no me hizo falta el narrador. A ratos la conversación se larga, como dos amigos que se encuentran en la micro y hablan de cualquier cosa, y después como si nada suelta una bomba de racimo. Relatos paralelos, pasado, presente y futuro.
Pasajera, Carlos Tromben. Especulación histórica. Me pasó lo mismo que el cuento de Wilson, partió como avión y se fue desinflando. Me intrigaba saber qué eran estas criaturas en cajas, luego cuando lo supe perdí el interés (pero seguí leyendo) y al final no me quedó nada. Bien escrito, si sirve decirlo.
Réplica, Daniel Villalobos. Futurismo. Partí imaginando a un tipo joven que arrienda una muñeca inflable. Después resultó que no era na. Después que la mina no era inflable. Sorpresa tras sorpresa con buena pluma. Imperdible. Si hacen una colección de puros cuentos de Villalobos, allá voy y me la compro al toque (no lo conozco personalmente y es mejor así).
Galería de imágenes, varios autores. Bellas ilustraciones fantásticas y CF. Me llama la atención que haya dos con pajarracos prehistóricos, pero al margen de eso son buenísimas.

Así como la antología de Terror era una montaña rusa (en calidad de las historias y de cómo están escritas), la de Ciencia Ficción es más pareja (salvo pequeñas excepciones) y los cuentos se destacan más por su historia y su capacidad de asombrar que por la comparación con los otros cuentos en el mismo libro. Hay más oficio también en los cuentistas. Lo único que eché de menos, profundamente, fue la CF dura. No había nada de eso. Habría incluido algún cuentista de la SOCHIF, o algún “duro” del Grupo Poliedro, en serio, tienen más material y oficio en Ciencia Ficción que todos nosotros juntos (aunque sin la parafernalia mediática 2.0).

Ambos libros, especialmente el de CF si no le alcanza para los dos, son mis recomendados para esta Navidad. Muy recomendado. Regale imaginación, apague la tele.
Darwin's Radio - Greg Bear La encontré entre una pila de libros que me prestó mi padre hace algún tiempo y que tenía por olvidado. Con el gancho de ser ganadora del premio Nébula (dicen que es el equivalente al Óscar) y finalista del Hugo n el 2000, pues que me di a la lectura gustoso.

El libro es un thriller bstsellereco que llora por la miniserie. La historia es simple y a causa de esa simpleza, el autor arroja toda su capacidad de novelista sobre el lector y desborda con una cantidad abrumadora de spam.

Comienza presentando a un personaje, luego blabablá, quién amó a quién, pucha que hace frío, y un descubrimiento arqueológico sin precedentes. Luego otro personaje, más blablabá, política de países indoeuropeos, y un descubrimiento forense. Sigue oro personaje, mucho blablablá, y un descubrimiento científico. Y después… casi quinientas páginas de muuuuucho ripio, problemas conyugales, confabulaciones, dolores de un corazón torturado, derrepente una teoría, un atisbo de ciencia ficción, y luego flato tras flato de relleno hasta el desenlace.

Es un infierno de páginas de relleno. Personalmente me atosiga leer una novela donde el autor dedica muchas páginas para describir a un personaje secundario que se muere o que no es un aporte a la historia, los crea y los destruye con el único fin de llenar páginas. Tal vez esos personajes aporten con una pista, pero bien podría haberme ahorrado la lata. Y la historia no se mueve, luego de las primeras cien páginas que enganchan, van trescientas que adormecen y las últimas cien resucitan.

De las quinientas páginas que tiene mi versión de bolsillo, la historia bien podada habría dado para doscientas hojas de puro filete, con personajes robustos y un contexto verosímil. Pero como decía mi abuelita (todavía dice), el que mucho abarca poco aprieta.

Sinopsis (SPOILER): Diversos descubrimientos científicos apuntan a que un antiguo virus escondido en el propio genoma humano, estaría produciendo abortos de fetos monstruosos. Estos fetos, se descubre después, son sólo un intermediario (capaz de producir un óvulo fecundado) entre la madre y el segundo embarazo sin concepción que sucede inmediatamente al aborto. Las autoridades enloquecen, algunos científicos anuncian que los niños que nazcan traerán un virus mortal, cosa que no se prueba pero que genera alarma pública. Y otros científicos más sensatos, entre ellos la mujer que descubrió el virus y que está embarazada de esta criatura, comprenden que se trata de un salto evolutivo con precedentes (de los simios a los neandertal y de ellos al homo sapiens) y deciden escapar.

Para un tipo de gustos complejos como yo que no gusta de perder el tiempo con aserrín literario, resultó un libro aburridídimo. Y NO LEERÉ LA SECUELA.