La encontré entre una pila de libros que me prestó mi padre hace algún tiempo y que tenía por olvidado. Con el gancho de ser ganadora del premio Nébula (dicen que es el equivalente al Óscar) y finalista del Hugo n el 2000, pues que me di a la lectura gustoso.
El libro es un thriller bstsellereco que llora por la miniserie. La historia es simple y a causa de esa simpleza, el autor arroja toda su capacidad de novelista sobre el lector y desborda con una cantidad abrumadora de spam.
Comienza presentando a un personaje, luego blabablá, quién amó a quién, pucha que hace frío, y un descubrimiento arqueológico sin precedentes. Luego otro personaje, más blablabá, política de países indoeuropeos, y un descubrimiento forense. Sigue oro personaje, mucho blablablá, y un descubrimiento científico. Y después… casi quinientas páginas de muuuuucho ripio, problemas conyugales, confabulaciones, dolores de un corazón torturado, derrepente una teoría, un atisbo de ciencia ficción, y luego flato tras flato de relleno hasta el desenlace.
Es un infierno de páginas de relleno. Personalmente me atosiga leer una novela donde el autor dedica muchas páginas para describir a un personaje secundario que se muere o que no es un aporte a la historia, los crea y los destruye con el único fin de llenar páginas. Tal vez esos personajes aporten con una pista, pero bien podría haberme ahorrado la lata. Y la historia no se mueve, luego de las primeras cien páginas que enganchan, van trescientas que adormecen y las últimas cien resucitan.
De las quinientas páginas que tiene mi versión de bolsillo, la historia bien podada habría dado para doscientas hojas de puro filete, con personajes robustos y un contexto verosímil. Pero como decía mi abuelita (todavía dice), el que mucho abarca poco aprieta.
Sinopsis (SPOILER): Diversos descubrimientos científicos apuntan a que un antiguo virus escondido en el propio genoma humano, estaría produciendo abortos de fetos monstruosos. Estos fetos, se descubre después, son sólo un intermediario (capaz de producir un óvulo fecundado) entre la madre y el segundo embarazo sin concepción que sucede inmediatamente al aborto. Las autoridades enloquecen, algunos científicos anuncian que los niños que nazcan traerán un virus mortal, cosa que no se prueba pero que genera alarma pública. Y otros científicos más sensatos, entre ellos la mujer que descubrió el virus y que está embarazada de esta criatura, comprenden que se trata de un salto evolutivo con precedentes (de los simios a los neandertal y de ellos al homo sapiens) y deciden escapar.
Para un tipo de gustos complejos como yo que no gusta de perder el tiempo con aserrín literario, resultó un libro aburridídimo. Y NO LEERÉ LA SECUELA.